(Lo oyes) está leyendo poesía
con tan poderosa voz
que imprime las fuertes sílabas en el aire,
canta Casar
es una sirena (su voz) que edulcora oídos.
De la simiente del silencio se levanta la flor
abre sus pétalos verso a verso
mientras lee Eduardo Casar (cantando).
Me intriga la voz del canto del trino
de la persiana
en la ventana,
intriga porque no se sabe de quién es el canto
las tonalidades, la melodía,el acento
¡brinca un gorrión!,
y canta, y llegan el resto y hacen coro
conmovidos
y se posan atrás de la voz poderosa de Eduardo Casar
que con sus manos dibuja
la voz del poeta muerto
un dibujo que nos complementa.
Una diestra
que enuncia los versos duros de entrar
y, aunque los escribe sobre el papel del [aire
con dedo batuta
orquesta, se comprende el verso,
el verso,
el verso ahora
enunciado en estado gaseoso. Puro aliento.
Ahora sangra,
"es que traigo mucha poesía por dentro" y por aquello de la presión.
aquí se me escapó el verso o un verso (para no presumir)
Eduardo Casar empezó a leer, - a resucitar -
Recitar
para resucitarbaila entre callejones neuronales
de referencias muchas,
-inmenso mar eco de resonancias.
Quiere resucitar a los poetas dormidos
insufla en los versos
Eduardo Casar, luego
palpa,
sus falanges buscan el rojo
palpitaciones del corazón
localiza
da un soplo/ entre las hojas/ y da aliento
al poeta.
Y leehablacanta
Casar, Eduardo
entonces, Girondo, Oliverio vuelve a escribir “que no es
una personalidad, sino que es un coctel
de personalidades”
Eduardo Casar quiere resucitar
al poeta
lo enuncia
y lo vemos andar.
Camina
subeybaja
“este estrado
un día me va a matar” -Casar, no digas esas cosas.
Camina / sube y baja
como el vuelo tartamudo de la mariposa.
Eduardo Casar
analiza poemas
enuncia signos/ muertos que formulan palabras
muertas
pero su cántico
resucita.
Derrumba las oraciones
y comienza de nuevo
Constructor
Armador
un verso aquí un verso allá otro verso acá
y otro verso ahí.
Ha derribado la Torre
del poema Babel
con la emoción que lo rebasa en tamaño
las fuertes/ gruesas/ pesadas
paredes
las desmoronó y quedó
un poema desnudo.
Casar pornográfico.
Eduardo Casar se mira las heridas
manos.
Nadie sale a salvo si mira de frente a la poesía.
Tal vez las heridas manos no lo están
se palpa la mano con la restante mano
busca a tientas las grietas.
Eduardo Casar
vuelca los ojos/ revisa su interior
-¿y si las grietas están en mis ojos?-
Nadie toca las etéreas volutas
del poema
sin quedar herido.
Eduardo Casar
tras la ulterior inspección
descubre que las grietas son cortes
de verso
y que atraviesan sus ojos y su mente.
Pero es que
nadie puede regresar incólume
de los territorios de la poesía.
Eduardo Casar
HERIDO
lleno de felicidad al salir.
Ciudad Universitaria
Agosto - Diciembre 2017
Ficha del autor
Jorge Tinoco: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Escritor y poeta. Tiene estudios en Literatura hispánica por parte de la Universidad Autónoma de México (UNAM). Imparte clases en el CEDART Diego Rivera del INBA.