Aunque me gusta la obra original de Leonardo da Vinci, nunca encontré ninguna réplica o versión de este episodio que me gustara y decidí hacer mi propia versión, para ponerla en mi casa.
A partir de una copia tamaño A4 la amplié a tamaño A0 usando el método de cuadrícula, para tener un boceto como punto de partida. Recuerdo un detalle que solo descubrí cuando intentaba dibujar las vigas de madera del techo: el punto de fuga, una técnica básica para los que dibujan, está en el punto central de la frente de Jesucristo (para los que no conocen esta técnica, si prolongas las líneas del techo, todas se encontrarán en la figura central de esta magnífica obra de Leonardo: Jesucristo).
A partir de una copia tamaño A4 la amplié a tamaño A0 usando el método de cuadrícula, para tener un boceto como punto de partida. Recuerdo un detalle que solo descubrí cuando intentaba dibujar las vigas de madera del techo: el punto de fuga, una técnica básica para los que dibujan, está en el punto central de la frente de Jesucristo (para los que no conocen esta técnica, si prolongas las líneas del techo, todas se encontrarán en la figura central de esta magnífica obra de Leonardo: Jesucristo).
Recuerdo que estuve un año entero haciéndolo, porque me levantaba a las 5:30 de la mañana a dibujar, antes de ir a dar clases... ¡y ya son 27 años!
Fueron también cerca de 200 horas de trabajo, pero no diría que fueron “sangre, sudor y lágrimas”, porque dibujar, para mí, siempre ha sido una forma de meditación y un encuentro conmigo mismo. Yo diría que la soledad es el subproducto de una mente creativa...
Fueron también cerca de 200 horas de trabajo, pero no diría que fueron “sangre, sudor y lágrimas”, porque dibujar, para mí, siempre ha sido una forma de meditación y un encuentro conmigo mismo. Yo diría que la soledad es el subproducto de una mente creativa...
Ficha del autor
Sérgio Machado Gomes: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.